Monte La Boyería

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Datos básicos

5.9 Km
Baja
2 h
Circular
recomendada para niños

Descripción del recorrido

Se trata de una ruta sin dificultad, adecuada para realizar con niños y que recorre, por caminos bien marcados, una ladera del monte La Boyería, en el Parque Regional de los Picos de Europa.

El sendero transita por un bosque de roble albar con algunos rodales de haya, por lo que tendremos ocasión de observar numerosas aves forestales. Además, si recorremos esta ruta en primavera, nos llamará la atención la variedad de flores que tapizan el sotobosque.


Es importante tener en cuenta que en algunos tramos del recorrido el camino puede estar embarrado o encharcado, por lo que se recomienda la utilización de calzado adecuado.

Si descargamos la guía interactiva tendremos un mapa detallado con nuestra posición GPS, la localización de la ruta y los puntos de mayor interés del recorrido. Además, todo ello funcional sin necesidad de cobertura 3G.

El Barrero – La Boyería – El Barrero
El inicio de la ruta se encuentra a unos 300 metros de Maraña, en la carretera que parte de este pueblo hacia Acebedo, en el lugar conocido como El Barrero. 


Desde aquí parte una pista forestal que se dirige entre los prados de siega directamente hacia el monte de La Boyería. Durante esta primera parte de la ruta, antes de internarnos plenamente en la zona boscosa, tendremos muy buenas vistas del macizo de Mampodre.


Debemos seguir la pista que traemos, obviando cualquier cruce que encontremos, hasta llegar, justo antes de los límites del bosque, a un cruce con una pista cerrada con una valla a nuestra izquierda. Esta pista será por la que volvamos en nuestro regreso, ya que ahora debemos continuar por el ramal de la derecha.

En este punto entraremos en un bonito bosque de roble albar. Estamos en el paraje conocido como Los Llamargos, un tramo del recorrido que resulta un bonito paseo sin desnivel a la sombra de los árboles. Si realizamos el recorrido en silencio quizá podamos sorprender a algún corzo pastando entre los árboles.

En un momento dado nuestro camino se hace más pendiente y empezamos a ganar altura en el monte. Pronto el recorrido da un brusco giro, cambiando así radicalmente la dirección que llevamos e internándonos bajo un hayedo.

Si nos fijamos podremos ver pequeñas hayas intentando crecer en los márgenes del camino. Este es un buen sitio para hacer una parada. Si nos mantenemos en silencio podremos escuchar los cantos de numerosas aves así como los tamborileos que hacen los pájaros carpinteros al perforar los troncos de los árboles en busca de las larvas de insectos de los que se alimenta. 


Debemos continuar sin abandonar en ningún momento la pista que traemos, y que pronto empezará un suave descenso de nuevo entre robles hacia Los Llamargos, donde se une con el camino que traíamos en nuestra ida y que debemos deshacer hasta el inicio de la ruta.