Marismas de la Ría de Villaviciosa

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Datos básicos

1.7 Km
Muy baja
30 min
Circular
recomendada para niños

Descripción del recorrido

Este sendero discurre por el margen este de la Ría de Villaviciosa, en el entorno de la ensenada de Misiego. 


La Ría de Villaviciosa es uno de los estuarios mejor conservados de la costa asturiana. Se caracteriza por tener un escaso aporte de agua dulce y una importante influencia marina. Esto redunda en una elevada salinidad, inundaciones periódicas debidas a la marea y una intensa sedimentación.
Sus peculiares condiciones ambientales se ven reflejadas en la existencia de una serie de comunidades vegetales muy especializadas y que albergan especies amenazadas. La escasa influencia fluvial se manifiesta además en la formación de amplios bancos de fango durante la bajamar. Estas llanuras fangosas, muy ricas en invertebrados, constituyen el hábitat idóneo para multitud de especies de aves migradoras, que encuentran aquí alimento y descanso.
Por sus valores ambientales la Ría se encuentra protegida bajo diferentes figuras. Desde su declaración como Reserva Natural Parcial a nivel autonómico en el año 1995, pasando por formar parte de la Red Natura 2000 a nivel europeo, y hasta su declaración como Humedal de Importancia Internacional (RAMSAR) en el año 2011. 

Se trata de una senda sin dificultad, perfecta para realizar con niños, que discurre por caminos bien marcados, aunque es importante tener en cuenta que en época de lluvias y sobre todo coincidiendo con las mareas altas es posible que el terreno esté embarrado o encharcado y se recomienda el uso de calzado adecuado. 

Descripción del recorrido

El recorrido discurre por terrenos de baja dificultad íntegramente por la parroquia de Selorio y en el entorno de Misiego.
Comienza en el acceso a la pequeña playa de Misiego, donde debemos coger una pasarela de madera que sale a la derecha. Esta pasarela discurre sobre un dique que separa la marisma de los pórreos, terrenos de pastizal ganados a la Ría. Desde este lugar tenemos una amplia vista de la marisma de la ensenada de Misiego, dónde es posible avistar aves acuáticas.
Hasta este punto el sendero es accesible para sillas de ruedas. Al finalizar el dique tenemos la opción de bajar a la playa y observar las plantas de marisma.
En este punto el sendero gira 90 grados a la derecha y abandona la pasarela de madera, tomando un camino que se aleja de la ensenada, adentrándonos en una zona de porreos
Siguiendo el camino, es posible observar retazos de los marjales (densas praderas de carrizos, juncos y otras plantas adaptadas al encharcamiento constante de sus raíces) originales que ocupaban la zona. En este punto es posible que el terreno esté embarrado, sobretodo en época de lluvias y coincidiendo con las horas en las que la marea está más alta. Es interesante ir muy atentos ya que, aunque las aves de estos lugares son difíciles de observar, es posible detectarlas por sus sonidos y cantos.
Al final de este camino, nos encontramos con un antiguo lavadero rehabilitado. Desde aquí podemos sólo nos queda regresar a Misiego siguiendo un corto trayecto por la carretera.